top of page

Psicodermatología: Las bondades del abordaje multidisciplinario en el ámbito de la salud

  • Foto del escritor: Germán E. González
    Germán E. González
  • 25 may
  • 4 Min. de lectura

En esta ocasión consideramos oportuno decir que dermatología y psicología son dos variables de la salud que no se contraponen, sino que se complementan. Para sustentar la premisa anterior es oportuno señalar que la piel y el cerebro se empiezan a formar en la misma etapa del desarrollo embrionario, dicho de otra manera, desde el vientre materno nuestra piel y nuestro cerebro están íntimamente ligados.


Las enfermedades de la piel son muy comunes, podemos señalar algunas de ellas como alopecias, enfermedades ampollares, dermatitis atópica, psoriasis y vitíligo, solo por mencionar algunas. Incluso, podemos señalar que existen personas que aprenden a convivir con ellas sin preocuparse por buscar ayuda profesional, tremendo error, pues de la misma forma como se ha dicho que los ojos son el espejo del alma, la piel es el límite que marca la frontera entre el interior y el exterior de nuestro ser, al mismo tiempo, la piel el órgano más grande de nuestro cuerpo y las señales que provengan de ella no deben pasar inadvertidas, no debemos ignorarlas.


Algunas condiciones psicológicas también pueden ser mencionadas, en virtud de que los procesos psíquicos están íntimamente relacionados con la piel. Formulemos lo anterior de la siguiente manera: Las enfermedades de la piel tienen un impacto directo en la salud mental de las personas y la salud mental de las personas tiene un impacto directo en la salud de la piel.


Si se trata de mencionar algunas variables psicológicas que repercuten sobre la salud de la piel, enumeremos las siguientes: Depresión, trastorno bipolar, trastorno de ansiedad, trastorno dismórfico corporal, delirio de infestación parasitaria y trastorno de la personalidad. Aparte de los anteriores, es importante señalar algunas variables que tienen impacto sobre la salud psíquica y dermatológica, como lo son la adicción al cigarrillo, alcohol y drogas.


Tan solo en unos cuantos párrafos, ya nos vamos dando cuenta de lo extenso, variado y complejo que es el campo de la psico dermatología.


Ha llegado la hora de formular una pregunta… ¿Porqué es importante el abordaje multidisciplinario para responder de mejor manera de frente a las enfermedades de la piel?


Respondamos a esta pregunta mediante la formulación de un caso particular y real que hemos tratado en conjunto con el dermatólogo Christian Salgado:


El consultorio de dermatología recibió a un paciente que había solicitado una cita para tratar su problema de caída del cabello (alopecia).


Como era de esperarse, el dermatólogo abordó esta variable desde sus conocimientos en tricología, la cual es una rama de la dermatología que se dedica al estudio del cabello y el cuero cabelludo, así como a la oportuna identificación y adecuado tratamiento de sus enfermedades.


Consecuentemente, el dermatólogo observó, palpó y analizó el problema de la caída del cabello. Posteriormente recetó los medicamentos necesarios para dar respuesta a su problema y contrarrestar la caída del cabello. Sumado a lo anterior, también le sugirió al paciente que pidiera cita con el psicólogo, pues sospechaba que hubiera una razón psicológica que estuviera contribuyendo de una u otra forma con su alopecia.


Este paciente pidió cita en psicología y luego de abrirle su historia clínica e indagar un poco respecto de la variable psicológica subyacente a su problema de piel, se llegó a la conclusión de que su relación de pareja pasaba por un muy mal momento. Él sentía que amaba a su esposa y no se imaginaba el hecho de vivir sin ella, agregado a lo anterior, de su relación había nacido una preciosa niña y le preocupaba sobremanera que ella (su hija) tuviera que vivir con el dolor de ver a sus padres separados, este pensamiento le llenaba de angustia, le interrumpía el sueño, no le dejaba vivir en paz.


Al preguntar si la esposa estaría dispuesta a recibir terapia de pareja, él manifestó que seguramente la respuesta de ella sería positiva, tal como se comprobó apenas unos días después.


Ellos empezaron una terapia de pareja en la que se descubrió que había fuertes limitantes en su comunicación, que no se atrevían a decirse muchas cosas y que sus exteriorizaciones de cariño eran muy limitadas. Cuando se hicieron preguntas respecto de su vida íntima, se constató que la actividad sexual brillaba casi por su total ausencia, aunque una cosa era cierta… Ambos se deseaban.


Como era de esperarse, la terapia de pareja no tardó en dar sus frutos, la pareja aprendió a comunicarse mejor, las exteriorizaciones de cariño se hicieron más comunes. Pusieron en práctica un modelo sugerido para decirse las cosas que no le gustaban al uno del otro, pero sin herirse ni lastimarse y su actividad sexual, cuya frecuencia era de una vez al mes o una vez cada dos meses, se incrementó al punto de tres o cuatro veces por semana.


¿Y que pasó con la caída del cabello? Esta se detuvo, aunque es importante señalar que el paciente siguió medicado, tal como lo había recomendado el dermatólogo, pero su recuperación avanzó de manera más exitosa en virtud de que la razón de su preocupación fue abordada y solucionada oportunamente por él y su esposa, asesorados por el profesional en psicología, para atender a su problema de pareja y por el dermatólogo, para atender a su problema de caída del cabello.


Nada nos gustaría más que todos los problemas de salud tuvieran siempre un final feliz, pero si nos esforzamos y pensamos que la salud del cuerpo está íntimamente relacionada a nuestra salud psicológica, los finales felices serían un poco más frecuentes.

 

Germán Eduardo González

Psicólogo

+504 95519628

Comments


bottom of page