INTERNACIONALES

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha manifestado una creciente frustración con las partes involucradas en la guerra entre Rusia y Ucrania, según declaraciones recientes de la Casa Blanca, que reflejan un momento de tensión diplomática y política en torno al conflicto que se prolonga desde 2022.

En una rueda de prensa, la portavoz del Gobierno estadounidense, Karoline Leavitt, afirmó que Trump está “extremadamente frustrado” con tanto Rusia como Ucrania debido al lento avance de las negociaciones de paz y la falta de resultados concretos tras múltiples rondas de conversaciones y encuentros multilaterales.

Según señaló, el presidente desea menos reuniones y más acciones que puedan contribuir a poner fin al conflicto armado que ha generado miles de víctimas y un panorama regional complicado.

La administración estadounidense ha dedicado más de 30 horas de reuniones en las últimas semanas con representantes de ambas partes y de países europeos, sin lograr avances sustanciales que acerquen un acuerdo de alto el fuego o un marco de paz estable.

Ante esto, Trump ha insistido en la necesidad de medidas claras y rápidas que permitan una salida negociada al conflicto, y ha expresado su exasperación porque las partes siguen sin adoptar compromisos que permitan relajar las hostilidades.

El malestar del mandatario ocurre en un contexto en el que Washington ha propuesto planes de paz que incluyen elementos difíciles de aceptar para Kiev y Moscú, como la creación de zonas desmilitarizadas o posibles cesiones territoriales, generando resistencia, especialmente en el liderazgo ucraniano.

Parte de la frustración también se debe a que estos elementos han generado debates tanto dentro de Ucrania como entre sus aliados europeos, que han solicitado condiciones claras de seguridad y respeto a la soberanía territorial.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, por su parte, ha planteado propuestas alternativas en las negociaciones, incluyendo la posibilidad de consultas populares sobre la cesión de territorios, lo que evidencia la complejidad de lograr consensos en torno a la paz.

A nivel internacional, este estancamiento ha generado inquietud entre los aliados de Estados Unidos y en organismos multilaterales, que advierten sobre los riesgos de prolongar el conflicto y la necesidad de soluciones que respeten los principios de soberanía y seguridad.

La declaración de frustración de Trump subraya la presión que enfrenta su administración para encontrar una salida diplomática al conflicto en Europa del Este, al tiempo que los combates continúan sobre el terreno y las negociaciones carecen de un avance significativo que permita vislumbrar un fin próximo a la guerra.