INTERNACIONALES

La presión de parte del gobierno para que empresas tecnológicas estadounidenses, como Apple, trasladen su producción a Estados Unidos forma parte de su estrategia nacionalista y proteccionista, que busca fortalecer la industria manufacturera local y reducir la dependencia de cadenas de suministro extranjeras, especialmente en países como China e India.

Esta política ha generado tensiones comerciales internacionales y preocupación en las empresas que enfrentan costos mayores y desafíos logísticos. Apple, una de las firmas más valiosas y globalizadas, se encuentra en el centro de este debate por su extensa cadena de producción en Asia. La amenaza del arancel es un nuevo capítulo en esta confrontación que podría afectar tanto a la compañía como a los consumidores estadounidenses.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó a Apple con imponer un arancel del 25 % sobre sus productos si la empresa no relocaliza la fabricación y ensamblaje de sus iPhones en territorio estadounidense.

En un mensaje publicado en su red social Truth Social, Trump afirmó que hace tiempo le comunicó al CEO de Apple, Tim Cook, su expectativa de que los iPhones vendidos en EE.UU. sean fabricados y ensamblados en el país, y no en India u otro lugar. «De no ser así, Apple deberá pagar un arancel de al menos el 25 % a EE.UU.», advirtió el mandatario.

La amenaza tuvo un efecto inmediato en el mercado: las acciones de Apple, con sede en Cupertino, California, cayeron más del 3 % en las operaciones electrónicas previas a la apertura de la Bolsa de Nueva York.

Apple había anunciado en febrero una inversión de 500.000 millones de dólares durante los próximos cuatro años para establecer manufacturas de servidores y productos de silicio en Estados Unidos, un compromiso que Trump había elogiado anteriormente como parte de su estrategia para que grandes empresas retornen sus operaciones a suelo estadounidense en medio de su guerra comercial global.

El principal mercado de Apple es Estados Unidos, especialmente por la venta de sus iPhones, lo que hace que la posible aplicación de un arancel represente un riesgo importante para sus ventas en ese país.

A principios de mayo, Apple informó que, de mantenerse los aranceles impulsados por Trump, la compañía enfrentaría un impacto de aproximadamente 900 millones de dólares en costos adicionales durante el próximo trimestre.

La amenaza contra Apple llega el mismo día en que Trump también advirtió a la Unión Europea con imponer un arancel del 50 % sobre todos sus productos a partir de junio, debido a la falta de avances en las negociaciones comerciales con Bruselas.