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Funeral de Francisco moviliza delicado protocolo diplomático

26 de abril de 2025

La muerte del papa Francisco marca el fin de un pontificado reformista y global, y su funeral se convierte en un evento sin precedentes por su impacto político, religioso y diplomático. Aunque en vida renunció a los lujos del cargo, su despedida en San Pedro refleja el peso simbólico de su figura en el escenario mundial. El Vaticano, con una larga tradición en ceremonial diplomático, se enfrenta ahora al reto de acomodar sensibilidades geopolíticas en un contexto de guerras activas, tensiones bilaterales y rivalidades personales entre líderes mundiales.

 

El funeral, previsto para este sábado en la Plaza de San Pedro, supone uno de los desafíos diplomáticos más complejos de la historia reciente del Vaticano. Más de 130 delegaciones internacionales con la presencia confirmada de 50 jefes de Estado y al menos 10 monarcas participarán en una ceremonia marcada por un meticuloso protocolo que busca evitar tensiones geopolíticas.

 

El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, confirmó que el número de delegaciones podría incrementarse a lo largo del día, llegando incluso a 170 según algunas fuentes. Estas ingresarán al Vaticano por la Puerta del Perugino, donde serán recibidas por el prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Leonardo Sapienza, antes de ser guiadas por el personal ceremonial a sus ubicaciones en la plaza.

 

El protocolo establece que las delegaciones internacionales se ubiquen a la derecha de la Plaza de San Pedro, mientras que los cardenales lo harán al lado izquierdo. Las primeras filas están reservadas a los jefes de Estado, con prioridad para Italia que asiste con el presidente Sergio Mattarella y la primera ministra Giorgia Meloni y Argentina, país natal de Francisco, representado por el presidente Javier Milei.

 

También estarán en posiciones preferentes las Casas Reales católicas, como los reyes de España, Felipe VI y Letizia, los monarcas belgas, el Gran Duque de Luxemburgo, los príncipes de Mónaco, y el copríncipe de Andorra, así como el Gran Maestre de la Orden de Malta. Posteriormente se ubicarán las casas reales no católicas, entre ellas los reyes de Suecia y el príncipe Guillermo de Inglaterra.

 

La asignación de asientos para los presidentes sigue el orden alfabético en francés, una medida que intenta neutralizar sensibilidades políticas. Así, Donald Trump, quien asistirá junto a su esposa Melania, estará ubicado en la misma fila que el presidente francés Emmanuel Macron, pero alejado del ucraniano Volodímir Zelensky, quien ha solicitado una reunión bilateral con el expresidente estadounidense, aunque su permanencia en Roma será breve.

 

El funeral también contará con la presencia del secretario general de la ONU, António Guterres, y los presidentes de los tres principales órganos de la Unión Europea: Ursula von der Leyen, Roberta Metsola y António Costa. Entre los primeros puestos estarán los mandatarios de Alemania, Austria, Albania, Angola, Brasil, Canadá, Cabo Verde, Chipre y Ecuador.

 

La incógnita es si Joe Biden, quien ayer confirmó su viaje a Roma debido a su estrecha relación personal con el papa Francisco, será considerado parte de la delegación oficial. Según fuentes diplomáticas, su ubicación será menos destacada que la de Trump.

 

En la tercera fila estarán ministros, otros altos funcionarios y embajadores, entre ellos el representante de Israel ante la Santa Sede, Yaron Sideman.

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