Desde su celda, el expresidente hondureño Juan Orlando Hernández volvió a pronunciarse públicamente, esta vez mediante una carta abierta en la que denuncia una supuesta alianza entre sectores de izquierda y grupos del narcotráfico para impedir su ascenso al poder y posteriormente provocar su caída política.

En su escrito, Hernández asegura que la “izquierda radical” y redes criminales del narcotráfico habrían intervenido en el proceso electoral de 2013, buscando frenar su victoria y revertir las medidas de extradición que promovió durante su gestión en el Congreso Nacional.

Afirma que existen grabaciones donde narcotraficantes admiten haber colaborado con el partido Libre, con el propósito de eliminar las políticas de seguridad que él impulsó.

“Ganamos las elecciones a pesar de la conspiración, pero luego estos mismos narcotraficantes negociaron con la DEA y el Departamento de Justicia a cambio de beneficios”, señala el exmandatario, al tiempo que asegura que ninguno de ellos lo mencionó directamente en sus declaraciones ante las autoridades estadounidenses.

El expresidente sostiene que su condena en Estados Unidos fue producto de un “lawfare” o persecución política judicializada, destinada a destruir su imagen.

Alega que los testimonios en su contra carecieron de pruebas concretas y que las leyes que promovió como la extradición y el combate al lavado de activos fueron utilizadas “en su contra por intereses ideológicos y criminales”.

Hernández también apunta hacia una supuesta operación conjunta entre actores políticos hondureños, venezolanos y estadounidenses, a quienes acusa de coordinar una campaña internacional para etiquetar su administración como una “narco dictadura”. Según su versión, dicha narrativa habría servido para proteger a “regímenes aliados” y consolidar la permanencia del partido Libre en el poder.

“El objetivo fue mi asesinato político”, escribió, asegurando que su caso fue manipulado para desviar la atención de los verdaderos vínculos del narcotráfico con sectores de izquierda.

Cerrando su mensaje, Hernández afirmó que continuará denunciando lo que considera una conspiración política y judicial de más de una década, y reiteró su inocencia. “Seguiré defendiendo mi verdad y el nombre de Honduras. No me rendiré”, concluyó el exgobernante desde prisión.