El presidente de la Asociación de Arroceros de Honduras, Fredy Torres, lanzó una fuerte advertencia sobre el estado crítico del sector arrocero, al confirmar que la producción nacional caerá drásticamente en 2025, alcanzando apenas 400 mil quintales, frente a una demanda interna que ronda los cinco millones de quintales anuales.

Torres calificó el escenario como “una catástrofe agrícola silenciosa”, señalando que la pérdida del 92% de los productores nacionales y la falta de un precio de garantía justo han provocado el colapso del rubro. “Valientemente llegaremos a los 400 mil quintales, pero esto significa que el país tendrá que importar casi todo el arroz que consume”, lamentó el dirigente.

Según el representante gremial, hasta la fecha se han entregado 244 mil quintales a la agroindustria, y con las cosechas programadas para noviembre y diciembre se espera alcanzar la proyección total de 400 mil. Sin embargo, el contraste con 2024 es preocupante: ese año se cerró con 502 mil quintales, lo que refleja una caída de más de 100 mil quintales en solo un ciclo agrícola.

Ante este panorama, Torres adelantó que Honduras deberá importar 4.6 millones de quintales desde Estados Unidos para suplir el consumo nacional. “Hoy dependemos casi por completo del arroz estadounidense para alimentar al pueblo hondureño. Si ese suministro se interrumpe, la seguridad alimentaria del país estaría en riesgo”, enfatizó.

El dirigente arrocero pidió al Gobierno hondureño intervenir de inmediato con políticas de apoyo, financiamiento y regulación de precios, a fin de evitar la desaparición total del cultivo. “El arroz nacional se está extinguiendo y con él se va nuestra capacidad de sostener una economía rural digna”, advirtió.

Torres concluyó reiterando que, sin acciones concretas, el 2025 podría marcar el punto más bajo de producción arrocera en la historia reciente del país, acentuando la dependencia externa y debilitando la soberanía alimentaria de Honduras.