El Foro Social de la Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (FOSDEH) alertó que la inestabilidad política previa a las elecciones genera un ambiente poco favorable para la inversión y podría traducirse en presiones inflacionarias en los próximos meses.

Según explicó Mario Palma, jefe del Departamento de Investigaciones Económicas del FOSDEH, el sistema financiero hondureño cuenta con liquidez suficiente, pero la falta de confianza y el clima de incertidumbre hacen que las empresas y los ciudadanos prefieran consumir antes que invertir, reduciendo así el dinamismo productivo del país.

“Seguramente muy poca gente demandará dinero para inversión; la mayoría será para consumo”, señaló el economista, advirtiendo que este comportamiento “puede empujar los precios al alza”.

Palma también destacó que las altas tasas de interés vigentes representan un obstáculo adicional para la inversión. A su criterio, estas políticas restrictivas limitan el crecimiento económico, impiden la creación de empleo y reducen las posibilidades de mejora en los ingresos de los hogares hondureños.

“Cuando las tasas son altas, se encarece el crédito, se restringe la inversión y, con ello, se frenan las oportunidades de desarrollo”, apuntó.

El especialista propuso que las autoridades económicas evalúen la pertinencia de ajustar la Tasa de Política Monetaria (TPM), ya que su nivel influye directamente en el costo del financiamiento. “Es necesario revisar si la TPM actual responde a la realidad económica del país y a las necesidades de crecimiento”, indicó.

Para el FOSDEH, el reto inmediato de Honduras es recuperar la confianza interna y externa mediante un proceso electoral transparente que contribuya a estabilizar la economía.

Palma insistió en que la certidumbre política es un factor decisivo para atraer capital, fortalecer el empleo y mantener la inflación bajo control. “El rumbo económico dependerá de las decisiones que se tomen antes y después de los comicios”, concluyó.

Con esta advertencia, el FOSDEH busca llamar la atención sobre la delicada conexión entre política y economía, subrayando que la estabilidad institucional será clave para evitar que el país enfrente nuevas presiones inflacionarias o una desaceleración en la inversión privada.