El flujo de remesas hacia Latinoamérica y el Caribe volverá a romper récords en 2025, impulsado por un notable incremento en los envíos hacia Centroamérica. Así lo revela el informe anual del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que estima que la región recibirá alrededor de 174.400 millones de dólares este año, un crecimiento interanual del 7,2 %.

Centroamérica se posicionó nuevamente como la subregión con mayor dinamismo, al registrar un aumento estimado del 20,4 % en los envíos, que totalizaron 55.395 millones de dólares. Según el BID, esta expansión se debe en gran medida a la incertidumbre migratoria en Estados Unidos, que llevó a miles de migrantes a utilizar más ahorros y enviar montos más altos a sus hogares durante los primeros meses del año.

El informe destaca que Honduras fue el país centroamericano que más remesas recibió en 2025: el 26 % de todo el dinero enviado hacia la región llegó a hogares hondureños.

Le siguen Guatemala (20,2 %), Nicaragua (18,2 %) y El Salvador (17,9 %).

El peso de estos ingresos es determinante para la economía hondureña. De hecho, los flujos recibidos representaron un equivalente al 30,4 % del PIB nacional, el porcentaje más alto de Centroamérica y uno de los mayores de toda América Latina.

Este crecimiento contrasta con la ligera caída del 4,5 % registrada por México, que aun así continúa como el principal receptor del continente con 61.810 millones de dólares, un 35,4 % del total regional. La reducción mexicana se relaciona con el efecto base tras el aumento de remesas observado en 2024, favorecido por la depreciación del peso.

El Caribe recibió cerca de 20.883 millones de dólares en remesas, un crecimiento del 9,2 %.

En Sudamérica los envíos aumentaron un 10,9 % hasta llegar a 36.339 millones, impulsados especialmente por Ecuador y Colombia.

Colombia obtuvo 13.379 millones de dólares, un aumento del 12,9 %, mientras que Ecuador destacó con un incremento del 21 %, alcanzando 7.916 millones.

El BID subraya que las remesas continúan siendo esenciales para reducir la pobreza y evitar que más hogares caigan en extrema vulnerabilidad. Sin embargo, aclara que las familias en condición de mayor pobreza no suelen ser quienes más remesas reciben, debido al alto costo de la migración.

Felipe Muñoz, jefe de la Unidad de Migración del BID, explicó que “cuando una persona es extremadamente pobre, no tiene recursos para migrar”, lo cual desmonta la idea de que la migración está impulsada principalmente por los sectores más vulnerables.

El informe advierte que una eventual intensificación de las restricciones migratorias en Estados Unidos —país de origen del 56,7 % de las remesas hacia la región— podría frenar el ritmo de

crecimiento en los próximos años, especialmente si los migrantes ven limitadas sus oportunidades laborales y de ingresos.

Con Honduras a la cabeza de la recepción de remesas en Centroamérica, el BID resalta tanto el impacto positivo de estos ingresos en la economía como la fragilidad estructural que implica depender de ellos para sostener el consumo y el ingreso familiar.