FARÁNDULA

Los doce miembros del jurado en el juicio por tráfico sexual contra Sean Combs, conocido artísticamente como Diddy, se retiraron a deliberar en Nueva York, marcando el inicio de la fase final del proceso judicial.

El juez Arun Subramanian les dio instrucciones detalladas para su tarea, subrayando la importancia de basar su decisión únicamente en las pruebas presentadas durante el juicio y no en opiniones personales o argumentos de las partes. Además, les recordó que deben llegar a un veredicto unánime y que la culpabilidad debe establecerse “más allá de toda duda razonable”. En caso de incertidumbre, tienen la obligación de absolver a Combs.

Diddy enfrenta cargos por asociación ilícita, dos cargos por tráfico sexual y dos cargos por transporte para ejercer proxenetismo. El juez explicó que para probar asociación ilícita se debe demostrar un acuerdo entre dos o más personas para cometer delitos como secuestro, tráfico sexual o distribución de drogas. Respecto a los cargos de tráfico sexual, la Fiscalía debe probar que Combs usó fuerza, fraude o coerción para obligar a las denunciantes, incluyendo a la expareja Cassie Ventura y a una testigo identificada como “Jane”, a participar en actos de prostitución. También se le acusa de facilitar el traslado de personas entre estados y países para actividades sexuales pagadas.

Durante el juicio, más de treinta testigos declararon, y el jurado deberá evaluar la credibilidad de sus testimonios, analizando posibles inconsistencias o indicios de falsedad.

En la sala, Diddy se mostró tranquilo y contó con el apoyo de su madre y seis hijos, quienes estuvieron presentes durante el proceso. El rapero intercambió notas con sus abogados y los abrazó al ingresar a la corte.

El portavoz del jurado será el encargado de comunicarse con el juez en caso de dudas, y una vez concluida la deliberación, anunciarán un veredicto consensuado que definirá el futuro legal de Diddy, quien, de ser declarado culpable de todos los cargos, podría enfrentar cadena perpetua.