

REFLEXIÓN DEL EVANGELIO

18 de octubre de 2025
Fiesta de San Lucas, evangelista
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 10,1-9
En aquel tiempo, designó el Señor otros setenta y dos, y los mandó delante de él, de dos en dos, a todos los pueblos y lugares adonde pensaba ir él.
Y les decía:
«La mies es abundante y los obreros pocos; rogad, pues, al dueño de la mies que envíe obreros a su mies.
¡Poneos en camino! Mirad que os envío como corderos en medio de lobos. No llevéis bolsa, ni alforja, ni sandalias; y no saludéis a nadie por el camino.
Cuando entréis en una casa, decid primero: “Paz a esta casa”. Y si allí hay gente de paz, descansará sobre ellos vuestra paz; si no, volverá a vosotros.
Quedaos en la misma casa, comiendo y bebiendo de lo que tengan: porque el obrero merece su salario. No andéis cambiando de casa en casa.
Si entráis en una ciudad y os reciben, comed lo que os pongan, curad a los enfermos que haya en ella, y decidles: “El reino de Dios ha llegado a vosotros”».
Reflexión
Jesús envía un grupo de 72 discípulos a anunciar el evangelio en tierra samaritana. Esta tierra estaba proscrita para los Maestros de la ley y todos los judíos fieles. Jesús saltándose las divisiones étnicas y los conflictos entre el pueblo samaritano y el pueblo Judío, decide comunicar la Buena Nueva a todas las gentes. Para alcanzar este objetivo se apoya en la comunidad de discípulos que sale por mandato de Jesús del mismo modo que antes habían salido el grupo de los doce.
El grupo de los 72 representa a toda la comunidad que asume el llamado de Jesús y la misión como un asunto definitivo. Por eso, las exigencias que Jesús les plantea tienden a optimizar el servicio. Para que esto sea así, los discípulos deben ir ligeros de equipaje, no sea que la mucha carga los retarde. Deben ir en actitud de oración ("Rueguen al Señor de la mies") pues no van en plan de conquistadores sino como testigos del resucitado. Deben ser conscientes de los peligros que van a encarar, pues no van a un mundo de ángeles, sino a enfrentar la dureza del corazón humano. Deben ser mensajeros y realizadores de la Paz, pues el Evangelio debe ser anunciado por pacifistas y no por guerreros. Deben adaptarse a las condiciones de los evangelizados, insertándose en sus condiciones de vida, pues van a anunciar como pobres la buena Noticia de Dios para los pobres.
Nosotros hoy como Iglesia debemos ser plenamente conscientes de nuestra misión. Pues, la evangelización no es obra exclusiva de insignes. La misión es la vocación y tarea de toda la comunidad cristiana. Si la comunidad vive en una populosa ciudad, debe formar misioneros urbanos, como Pablo. Si vive en el campo, debe formar misioneros rurales como lo fueron algunos de los discípulos de Jesús.
