

REFLEXIÓN DEL EVANGELIO

27 de octubre de 2025
XXX Semana del Tiempo Ordinario
Evangelio del día
Lectura del santo evangelio según san Lucas 13,10-17
Un sábado, enseñaba Jesús en una sinagoga.
Había una mujer que desde hacía dieciocho años estaba enferma por causa de un espíritu, y estaba encorvada, sin poderse enderezar de ningún modo.
Al verla, Jesús la llamó y le dijo:
«Mujer, quedas libre de tu enfermedad».
Le impuso las manos, y enseguida se puso derecha. Y glorificaba a Dios.
Pero el jefe de la sinagoga, indignado porque Jesús había curado en sábado, se puso a decir a la gente:
«Hay seis días para trabajar; venid, pues, a que os curen en esos días y no en sábado».
Pero el Señor le respondió y dijo:
«Hipócritas: cualquiera de vosotros, ¿no desata en sábado su buey o su burro del pesebre, y los lleva a abrevar? Y a esta, que es hija de Abrahán, y que Satanás ha tenido atada dieciocho años, ¿no era necesario soltarla de tal ligadura en día de sábado?».
Al decir estas palabras, sus enemigos quedaron abochornados, y toda la gente se alegraba por todas las maravillas que hacía.
Reflexión
Lucas es el evangelista que destaca la relación profunda que había entre Jesús y las mujeres que se cruzaron en su camino de liberación. Cita varias veces aquellos encuentros en los que Jesús rompía una y otra vez las leyes humanas injustas que se imponían a la dignidad de la mujer en tiempos de Jesús. Libremente, el Salvador les hablaba en público, las rescataba de sus dolencias y de su marginación, les permitía ser discípulas, dialogaba con ellas, se dejaba tocar, las miraba fijamente, las acogía con cariño y les auxiliaba en sus problemas y sufrimientos. Jesús rompió las estructuras opresoras contra la mujer exponiéndose a ser condenado por los fariseos y los escribas, que lo indisponían ante el Sanedrín y los Sacerdotes del Templo.
La sumisión religiosa, representada por la mujer encorvada, era el principal impedimento con que tropezaba Jesús en el momento de enseñar. Era necesario primero liberar al hombre de toda imposición, sobre todo cuando ésta le ha sido formulada como de derecho divino (el «se debe» con que calificaba el 'trabajar en días laborables' el jefe de sinagoga era expresión, según el Código sacerdotal, del designio de Dios). Jesús califica de «hipó-critas» a los responsables religiosos.
Nos refiere este hermoso pasaje, como Jesús recobra la salud y la dignidad de la mujer que va encorvada por la vida, cargando con los errores de una sociedad opresora y excluyente, que la limita en sus posibilidades de realizarse como persona humana, con la dignidad de hija de DIOS.
