III Semana del Tiempo de Cuaresma
29 de marzo de 2025

Lectura del santo evangelio según san Lucas 18, 9-14
En aquel tiempo, dijo Jesús esta parábola a algunos que confiaban en sí mismos por considerarse justos y despreciaban a los demás:
«Dos hombres subieron al templo a orar. Uno era fariseo; el otro, publicano. El fariseo, erguido, oraba así en su interior:
“Oh, Dios!, te doy gracias porque no soy como los demás hombres: ladrones, injustos, adúlteros; ni tampoco como ese publicano. Ayuno dos veces por semana y pago el diezmo de todo lo que tengo”.
El Evangelio de hoy nos presenta dos actitudes radicalmente distintas frente a una misma actividad, orar, entrar en diálogo y relación con Dios.
El fariseo, conocedor de la ley y dedicado a preparar la venida del salvador desde su cumplimiento gira en torno a sí mismo, a todo lo bueno que hace, a lo valioso que cree a partir de su propia mirada. Es cierto que cumple con todo lo indicado, pero no puede estar parada más que en sí mismo.
El publicano, se acerca a Dios con otra actitud, no tiene nada que entregar, su misma fuente de trabajo es considerada desleal y deshonrosa. Todo lo que espera es recibir una mirada de misericordia, una mirada de perdón, una mirada de amor.