Con una gira intensa que incluyó actos multitudinarios, juramentaciones y encuentros comunitarios, Salvador Nasralla, candidato presidencial por el Partido Liberal, fortaleció su presencia política en el oriente y occidente del país. La movilización dejó ver no solo su creciente respaldo popular, sino también una clara apuesta por un liderazgo alternativo y sin vínculos con las estructuras tradicionales.

La gira comenzó en La Unión, Olancho, donde Nasralla, acompañado por su esposa Iroshka Elvir, el alcalde Luis Tejeda y el coordinador departamental Samuel García, reafirmó su enfoque en las comunidades rurales. Frente a un nutrido grupo de simpatizantes liberales, prometió impulsar la infraestructura básica y el apoyo a los productores agrícolas.

“Conmigo serán personas solventes. Tendrán medicinas, educación, deportes, caminos pavimentados y tecnología de riego para sus parcelas. Vamos a dignificar la vida en el campo”, declaró el presidenciable.

Uno de los momentos más destacados se vivió en El Rosario, donde más de 300 exmilitantes del partido LIBRE anunciaron públicamente su adhesión al movimiento liberal, en un acto de juramentación que simbolizó una ruptura con el oficialismo.

Nasralla fue directo: “No se dejen usar por la familia Zelaya ni por la familia Moncada. Les prometen lo que nunca cumplen. Aquí sí hay una causa justa, aquí sí hay esperanza”.

La jornada en Olancho cerró en el municipio de Salamá, donde fue recibido por el diputado Jorge Cálix y el candidato a alcalde Rony Lanza. En su intervención, Nasralla reiteró compromisos puntuales: pavimentación de carreteras, acceso real a medicamentos y combate frontal a la corrupción.

“Yo sí voy a inaugurar hospitales. La gente ya no cree en quienes compran votos. La gente quiere obras, y yo vengo a cumplir, no a prometer”, sentenció.

El recorrido continuó en el departamento de Lempira, donde Nasralla fue arropado por los candidatos a diputados Marco Tulio Rodríguez, Edman Muñoz, Andrea del Cid y Wendy Zúñiga, además de los dirigentes internos liberales Luis Zelaya, Maribel Espinoza y el diputado Yuri Sabas.

Durante múltiples encuentros en distintos municipios, el aspirante presidencial subrayó la necesidad de un gobierno técnico, honesto y con compromiso directo con las comunidades.

“No vengo a hacer dinero con la política. Desde que tenía 13 años trabajo en los medios y nunca he sido señalado por corrupción. Si alguien de mi gobierno roba, yo mismo lo voy a denunciar. No voy a ser cómplice de ladrones”, dijo con contundencia, despertando aplausos entre los asistentes.

En cada parada, Nasralla fue recibido con entusiasmo tanto por la militancia liberal como por ciudadanos independientes que ven en él una opción distinta frente al desgaste del actual gobierno. Su mensaje se centró en ofrecer soluciones reales, credibilidad y apertura hacia los sectores que buscan una transformación profunda en el país.

La gira culminó en Gracias, Lempira, con una marcha de unidad liberal donde jóvenes, líderes comunales y representantes locales reafirmaron su respaldo al proyecto que Nasralla insiste en describir como “una causa nacional para devolver la dignidad a Honduras”.

Con este recorrido por dos departamentos clave, el presidenciable consolidó una narrativa de cambio sin vínculos con el pasado político cuestionado, reforzando su imagen como una figura honesta y comprometida con un nuevo modelo de gobierno.