Narcoescándalo en Honduras: ¿por qué la crisis que enfrenta la presidenta Xiomara Castro era inevitable?

8 de septiembre de 2024
8 de septiembre de 2024
Las autoridades estadounidenses saben desde hace casi una década que uno de los hombres más cercanos a la mandataria tuvo tratos de dinero con los narcotraficantes más poderosos del país. La petición de extradición parecía inminente
El juicio por narcotráfico al expresidente hondureño en Juan Orlando Hernández en Nueva York, que terminó con una condena en marzo pasado y una sentencia posterior a 45 años de cárcel, fue el final de su carrera política y de sus días como hombre libre, pero también fue, aunque pocos en Honduras lo advirtieron en ese momento, el inicio de un periplo similar en el seno de la familia de Xiomara Castro, némesis política y sucesora de Hernández.
El escándalo que salpica a la presidenta involucra a su familia y se destapó el pasado martes 3 de septiembre, cuando la cadena televisiva Univisión publicó un vídeo en el que Carlos Zelaya , cuñado de Xiomara Castro y hasta entonces secretario del Congreso Nacional, aparece negociando con narcotraficantes la entrega de medio millón de dólares. La mitad del dinero, dice Zelaya en el vídeo, es “para el comandante”, en referencia a su hermano Manuel “Mel” Zelaya, expresidente de Honduras (2006-2009) y esposo de la actual mandataria.
El vídeo filtrado a Univisión y al portal InSight Crime, especializado en criminalidad organizada en América Latina, fue grabado en 2013 por un narcotraficante llamado Devis Leonel Rivera Maradiaga, uno de los jefes de la banda Los Cachiros, que ha sido de las más poderosas e influyentes en el negocio del trasiego de cocaína por Honduras desde principios de este siglo. Desde 2012, se sabe ahora por documentos que han presentado fiscales estadounidenses en juicios a decenas de narcotraficantes hondureños, Rivera Maradiaga trabajó como informante de la Agencia Antidrogas de Estados Unidos (DEA) antes de entregarse a los agentes de Washington para ser juzgado en Nueva York.
De acuerdo con un agente estadounidense consultado en Washington, quien ha tenido conocimiento de expedientes abiertos a narcotraficantes hondureños, es posible que “El Cachiro”, como se conoce a Rivera Maradiaga en su país, haya aportado a la justicia estadounidense hasta una docena de vídeos similares grabados en reuniones con políticos y funcionarios de Honduras. En el caso de la reunión con Carlos Zelaya, el encuentro fue registrado con una cámara oculta en un reloj.
Cuando Carlos Zelaya se reunió con Rivera Maradiaga y otros narcotraficantes, en 2013, estaba en pleno apogeo la campaña presidencial en Honduras. Los principales candidatos eran Juan Orlando Hernández, del derechista Partido Nacional y hasta entonces presidente del Congreso, y Xiomara Castro, la esposa de Mel Zelaya, el presidente que en 2009 fue depuesto por un golpe militar. Castro corrió por el Partido Libertad y Refundación (Libre), una escisión del Partido Liberal, la otra formación política tradicional en Honduras.
A Carlos Zelaya y a su hermano Mel Zelaya también los implicó, en el juicio a Hernández, otro testigo, un hombre a quien los fiscales presentaron como José Sánchez, contador de un empresario hondureño que hacía tratos con narcos y financiaba campañas políticas. El contador dijo que habían entregado dinero de la droga a Hernández, y dijo que lo mismo habían hecho con los Zelaya en apoyo a campañas electorales.
Raymond Colon, uno de los abogados de Hernández, preguntó a otro testigo, el narco alcalde Alexander Ardón, si sabía que Héctor Manuel Zelaya, hijo de la presidenta Castro y Mel Zelaya y secretario privado presidencial, había participado en 2009 en una reunión con narcos en la que se planificó el asesinato de Julián Arístides González, entonces zar hondureño antidrogas. El juez Kevin Castel, quien dirigió los procedimientos judiciales contra Hernández, pidió al jurado obviar la pregunta y, en Honduras, Héctor Zelaya negó la acusación.
Todos aquellos sobornos, reuniones y alianzas de los que han hablado El Cachiro, el contador y otros testigos que han colaborado con la justicia estadounidense, ocurrieron, en principio, en el marco de las presidenciales de 2013. Si se ha de creer a esos testimonios, que ya sirvieron para condenar a Juan Orlando Hernández, el candidato que ganó aquellas elecciones, el bando contrario, que entonces como ahora lideraban Xiomara Castro y su esposo Manuel Zelaya, también ingresó dinero del narcotráfico. Al final, son los mismos testimonios que condenaron a JOH los que ahora embarran a los Zelaya Castro.
Infobae