El cometa C/2024 G3 (ATLAS): Un viajero interestelar que revela los secretos del cosmos

20 de enero de 2025
20 de enero de 2025
El cometa C/2024 G3 (ATLAS) ha captado la atención de científicos y aficionados a la astronomía por su reciente paso cercano al Sol. Este cuerpo celeste, clasificado como no periódico, representa una oportunidad única para estudiar los orígenes de nuestro sistema solar y posiblemente, de la misma vida. Su paso fugaz y sus características físicas lo convierten en uno de los eventos astronómicos más destacados de 2024.
Los cometas son restos de la formación del sistema solar.
Están compuestos por roca, hielo y gases, y suelen tener diámetros de apenas unos pocos kilómetros. Cuando estos cuerpos se acercan al Sol, el calor libera gases y polvo del núcleo, formando una espectacular cola que es su rasgo más distintivo.
Estos viajeros cósmicos contienen materiales que han permanecido casi intactos desde la formación de nuestro vecindario celestial. Por ello, su estudio es crucial para entender los procesos que dieron origen a los planetas y, según algunas teorías como la panspermia, incluso a la vida en la Tierra. Se cree que los cometas podrían haber traído moléculas orgánicas a nuestro planeta primitivo, facilitando el desarrollo de los primeros sistemas biológicos.
La Unión Astronómica Internacional (IAU) regula la nomenclatura de los cometas. En el caso de C/2024 G3 (ATLAS), su designación indica que es un cometa no periódico, descubierto por primera vez en la primera quincena de abril de 2024. Estos cometas tienen períodos orbitales extremadamente largos, a menudo millas o incluso millones de años, lo que significa que este avistamiento es, probablemente, el único en la historia moderna.
El cometa alcanzó su punto más cercano al Sol (perihelio) el pasado 13 de enero de 2024, situándose a 0.939 UA (unos 140 millones de kilómetros). Durante este evento, brilló con una magnitud visual de m=-1.4, una luminosidad impresionante, aunque su cercanía al Sol dificultó su observación a una simple vista. Ahora, mientras se aleja hacia los confines del sistema solar, su brillo disminuye progresivamente.
La importancia de este cometa trasciende su espectacularidad visual. Gracias a su composición, que ha cambiado poco desde su formación, C/2024 G3 puede proporcionar pistas valiosas sobre el estado del sistema solar hace millas de millones de años.
Estudiar cometas como este no solo nos ayuda a entender cómo se formaron los planetas, sino también cómo llegaron aquí los componentes básicos para la vida. En este sentido, C/2024 G3 (ATLAS) nos recuerda que cada cometa es una cápsula del tiempo, transportando información invaluable sobre el origen y evolución del cosmos.
Aunque su paso cercano al Sol ya concluyó, C/2024 G3 (ATLAS) continuará su travesía hacia las profundidades del sistema solar. Los astrónomos seguirán observándolo mientras sea posible, recopilando datos para descifrar los misterios que alberga este viajero interestelar.
Este cometa, efímero para los ojos humanos, deja un impacto duradero en el conocimiento astronómico. Un recordatorio de nuestra conexión con el universo y del vasto e inexplorado océano cósmico que nos rodea.
Elaborado por:
Ricardo Pastrana DAAF/FACES/UNAH