La Corte de Apelaciones del Noveno Circuito de California decidió revocar la resolución que, en mayo pasado, había abierto la posibilidad de liberar por motivos humanitarios al hondureño Ramón Matta Ballesteros, uno de los nombres más reconocidos en la historia del narcotráfico en América Latina.

Con esta determinación, el tribunal estadounidense cerró definitivamente la puerta a su excarcelación, manteniendo vigente su condena de cadena perpetua. La decisión también desestima los alegatos de la defensa, que argumentaba violaciones constitucionales en la negativa de aplicar una reducción de pena a quienes fueron sentenciados antes de 1987.

El fallo implica que el expediente de Matta Ballesteros queda archivado en materia de revisión o reducción de condena, disipando así la expectativa de libertad que su familia había albergado después de 37 años de reclusión en territorio estadounidense.

Matta Ballesteros, quien ronda los 80 años, fue capturado y extraditado en 1988, acusado de actuar como un enlace entre el Cartel de Medellín y redes criminales mexicanas durante la década de los ochenta. Su nombre también figura en el expediente del secuestro y asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, un hecho que sacudió las relaciones entre Estados Unidos y los países latinoamericanos implicados en el tráfico de drogas.

El hondureño fue declarado culpable de narcotráfico y secuestro, y desde entonces cumple su condena en una prisión federal de máxima seguridad bajo el número 37671-133, sin derecho a libertad condicional.

Considerado en su momento como uno de los capos más influyentes de la región, Matta Ballesteros fue visto tanto como un empresario de éxito en Honduras como un operador clave en las rutas del narcotráfico internacional. Su captura y extradición provocaron una fuerte crisis política en la década de 1980, dejando una huella duradera en la memoria colectiva del país.

Con la reciente decisión judicial, Matta Ballesteros permanecerá recluido de por vida, sin posibilidad de solicitar una reducción de su sentencia, sellando así uno de los capítulos más controvertidos de la historia del narcotráfico hondureño.