Cardenal Rodríguez denuncia “cultura de la muerte” y critica a dictadores

30 de junio de 2025
30 de junio de 2025
El cardenal de Honduras, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, lanzó un fuerte llamado de atención este domingo durante su homilía en la Basílica Menor de Suyapa, al denunciar que el país se encuentra atrapado en una “cultura de la muerte” marcada por la violencia y la pérdida de valores, al tiempo que criticó duramente a los “dictadores de hoy” en América Latina, a quienes acusó de actuar como si fueran dioses.
“Honduras se debate en la cultura de la muerte. No puede estar presente nuestro Dios en personas que le quitan la vida a otra persona, ellos mismos se separan de Dios, rechazan a Dios”, expresó el cardenal, en referencia a la alarmante ola de homicidios que vive el país. Según cifras oficiales, entre 10 y 13 personas pierden la vida cada día en hechos violentos.
Rodríguez subrayó que “Dios es el Dios de la vida” y que Honduras debe convertirse en “un país de la vida, no de la muerte”. Llamó a educar a la juventud en el respeto a la vida y evocó el mandamiento bíblico “no matarás”, destacando la necesidad urgente de restaurar valores humanos y espirituales en la sociedad.
Durante su mensaje, el cardenal también abordó temas políticos y sociales, criticando la idolatría del poder por parte de algunos líderes. “Los dictadores de hoy se creen dioses, quieren imponer sus caprichos como leyes, y lo vemos tristemente en nuestro continente latinoamericano, como si fuera el único modelo que se animan a seguir”, dijo, haciendo una advertencia sobre el resurgimiento de modelos autoritarios en la región.
Rodríguez hizo un llamado a los políticos, especialmente a los candidatos a cargos de elección popular de cara a las elecciones generales del próximo 30 de noviembre, a no anteponer intereses personales y “servir verdaderamente al pueblo”.
Asimismo, exhortó a los fieles a no aferrarse al pasado con rencor: “Recordar es de humanos, resentir es de tontos, porque es como echarle sal a una herida para que vuelva a doler”. Enfatizó que la esperanza del país no debe estar en revivir errores ni vergüenzas, sino en una renovación espiritual guiada por el amor de Jesús.
Finalmente, el cardenal cerró su mensaje con una reflexión esperanzadora, citando palabras atribuidas al papa Francisco y al papa León XIII: “La esperanza no defrauda”. En un país golpeado por la violencia, la corrupción y la división política, su homilía se convirtió en una voz crítica y pastoral que llama a la conciencia y al cambio.