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El papa León XIV, primer pontífice de origen estadounidense con nacionalidad peruana, destacó este sábado que los mártires de Chimbote (Perú) representan «una llamada a la unidad y la misión» para la Iglesia universal, en el marco del décimo aniversario de su beatificación.

En su mensaje, el pontífice recordó a los sacerdotes Michał Tomaszek, Zbigniew Strzałkowski y Alessandro Dordi, quienes fueron asesinados en 1991 por la organización terrorista Sendero Luminoso en Áncash, Perú, “por odio a la fe” al decidir permanecer en sus comunidades a pesar de las amenazas.

León XIV resaltó que los tres religiosos provenían de contextos distintos: lenguas, culturas, formaciones y espiritualidades diversas que, en Perú, se convirtieron en un aporte y no en un obstáculo. “La comunión que nace cuando historias tan distintas se dejan reunir por Cristo termina confluyendo en un único testimonio del Evangelio para el bien del pueblo de Dios”, afirmó.

El pontífice señaló además que la entrega de los mártires no obedeció a proyectos personales, sino al amor al Señor y a su pueblo, y animó a las comunidades locales a renovar su compromiso con el apostolado y continuar la misión de anunciar a Jesús, incluso en medio de dificultades.

Dirigiéndose a los jóvenes de Perú, Polonia, Italia y el mundo, el papa les dijo: “¡No teman la llamada del Señor!”. Asimismo, instó a los sacerdotes jóvenes a considerar la posibilidad de ofrecerse como fidei donum, un tipo de misión internacional, y pidió a los obispos sostener su ardor y apoyar a las Iglesias más necesitadas.

El papa recordó que Michał Tomaszek y Zbigniew Strzałkowski, franciscanos polacos, murieron el 9 de agosto en Pariacoto, mientras que Alessandro Dordi, sacerdote diocesano italiano, fue ejecutado el 25 de agosto en Santa. Todos decidieron permanecer junto a sus comunidades hasta el último momento, dejando un legado de servicio, fe y esperanza para la Iglesia y la sociedad peruana.