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La Justicia argentina otorgó el beneficio de prisión domiciliaria a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015), quien fue condenada a seis años de cárcel por administración fraudulenta. Con esta decisión, la condena queda en vigor y la líder peronista ya está considerada presa, aunque cumplirá la sentencia en su domicilio del barrio porteño de Constitución, donde ha estado rodeada de simpatizantes desde la semana pasada.

El juez Jorge Gorini, encargado de ejecutar la sentencia, estableció que la prisión domiciliaria tiene vigencia desde este martes y dejó sin efecto la comparecencia personal que Fernández tenía prevista para el miércoles ante el tribunal.

Entre las condiciones impuestas, Fernández no podrá abandonar su domicilio salvo por casos excepcionales y justificados, deberá evitar conductas que perturben la tranquilidad del vecindario y deberá entregar en un plazo de 48 horas un listado con las personas de su grupo familiar, custodia policial, médicos y abogados, quienes podrán entrar a su domicilio sin autorización judicial.

Además, se ordenó la colocación de un dispositivo de vigilancia electrónica, a pesar de que la defensa había pedido que no se le colocara para evitar humillaciones, argumentando que no existe riesgo de fuga.

La legislación argentina permite la prisión domiciliaria a personas mayores de 70 años, una condición que cumple Fernández desde febrero pasado.

Cristina Fernández fue condenada en 2022 por un tribunal oral por irregularidades en la concesión de obras viales en la provincia de Santa Cruz durante sus mandatos y el de su esposo, el fallecido Néstor Kirchner. Además de la pena de seis años de cárcel, recibió inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.

El 10 de junio, la Corte Suprema confirmó la condena, y la defensa solicitó la prisión domiciliaria, basándose también en la condición de exjefa de Estado y el intento de magnicidio sufrido en septiembre de 2022.

La Fiscalía se manifestó en contra del beneficio, alegando que no existen razones humanitarias que justifiquen la prisión domiciliaria para Fernández.

Esta decisión marca un hito en la compleja situación judicial y política en torno a una de las figuras más emblemáticas del peronismo y de la historia reciente de Argentina.