
Europa busca unificarse ante la crisis diplomática con Estados Unidos
4 de marzo de 2025

La reciente reunión en Washington entre el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, y altos funcionarios estadounidenses ha dejado en evidencia un cambio sísmico en la política exterior de Estados Unidos. La actitud del gobierno de Donald Trump, alineado con líderes autocráticos como Vladimir Putin y Xi Jinping, ha generado una profunda preocupación en Europa, que ahora busca reforzar su unidad y asumir un papel protagónico en la defensa de la democracia.
El encuentro del pasado viernes en la Casa Blanca se convirtió en un episodio tenso y bochornoso cuando el vicepresidente J.D. Vance, conocido por su postura contraria al apoyo a Ucrania, confrontó a Zelenski con exigencias inaceptables. Entre estas condiciones se incluía la cesión de territorios ocupados y la renuncia a cualquier asistencia militar por parte de Estados Unidos, lo que en la práctica significaría la rendición de Ucrania ante Rusia. La reunión terminó abruptamente, con la expulsión de Zelenski por orden directa del presidente Trump.
Este evento ha sido interpretado como la confirmación de un alineamiento estratégico entre Estados Unidos y regímenes autocráticos. Con la eliminación de medidas de espionaje cibernético contra Rusia y el debilitamiento de organismos de apoyo a la democracia, la Casa Blanca parece haber cambiado sus prioridades, privilegiando intereses económicos sobre principios históricos.
En respuesta a esta situación, al menos doce países europeos, liderados por el Reino Unido, han intensificado sus esfuerzos para proporcionar apoyo a Ucrania. Sin embargo, los recursos disponibles no bastarán para equilibrar la retirada de respaldo estadounidense.
El primer ministro británico, Keir Starmer, anunció una nueva coalición de voluntarios dispuestos a garantizar la seguridad de Ucrania, se llegue o no a un acuerdo de alto el fuego. Londres ha ofrecido asistencia militar adicional, incluyendo sistemas de defensa aérea y recursos financieros. No obstante, la incertidumbre sigue siendo alta.
El escenario internacional ha entrado en una etapa de gran inestabilidad. Desde la toma de posesión de Trump el 20 de enero, sus decisiones han afectado a diversas regiones del mundo, incluyendo Ucrania, Gaza, Palestina y México. La rápida emisión de “órdenes presidenciales” le ha permitido sortear los controles del Congreso y el Senado, redefiniendo unilateralmente la política exterior estadounidense.
Ante este panorama, Europa enfrenta el reto de consolidar una estrategia propia para contrarrestar el avance de las autocracias y mantener el orden global. Mientras Estados Unidos redefine su rol en el escenario internacional, el futuro de la seguridad mundial pende de un hilo.