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La muerte del papa Francisco ha marcado el fin de una era para la Iglesia católica. Como primer pontífice latinoamericano, Francisco lideró una década de reformas y acercamiento pastoral, dejando un legado espiritual centrado en la humildad, la justicia social y la misericordia.

La elección de una sepultura modesta y los cambios en los ritos fúnebres reflejan su visión de una Iglesia más austera y cercana al pueblo. El funeral reunirá a jefes de Estado y dignatarios de todo el mundo, que se unirán a los miles de fieles que ya rinden homenaje al papa en Roma.

El Vaticano ha confirmado que el cardenal camarlengo, Kevin Joseph Farrell, será el encargado de presidir el rito del cierre del féretro del papa Francisco, programado para el viernes 25 de abril a las 20:00 horas locales (18:00 GMT) en la basílica de San Pedro. Posteriormente, el sábado 26 de abril, tras el funeral, Farrell encabezará también la ceremonia de inhumación del pontífice en la basílica de Santa María la Mayor, en cumplimiento de la voluntad expresada por Francisco en su testamento.

La ceremonia del cierre del féretro y el posterior entierro contarán con la presencia del decano del Colegio Cardenalicio, Giovanni Battista Re, quien también oficiará el funeral el sábado a las 10:00 (8:00 GMT), así como otros altos prelados del Vaticano, entre ellos el secretario de Estado Pietro Parolin, el vicario general de Roma Baldassare Reina, el limosnero pontificio Konrad Krajewski, y los secretarios personales del papa.

El testamento de Francisco, publicado este lunes tras su fallecimiento a los 88 años, reveló su deseo de ser enterrado en una tumba sencilla en la nave lateral de la basílica de Santa María la Mayor, entre la Capilla Paulina (que alberga la imagen de la Salus Populi Romani) y la Capilla Sforza. Su tumba será en tierra, sin decoraciones y con una única inscripción: Franciscus.

El rito del entierro seguirá el protocolo establecido por el propio Francisco en el documento Ordo Exsequiarum Romani Pontificis, emitido el año pasado, donde simplificó diversos aspectos de las exequias papales. Entre otros cambios, indicó que su cuerpo fuera velado en la capilla de su residencia, no en el Palacio Apostólico, y que su féretro fuese expuesto abierto ante los fieles, en lugar de sobre un catafalco tradicional.

Actualmente, miles de fieles continúan llegando a la basílica de San Pedro para despedirse del pontífice. La entrada al templo se abrió este miércoles a las 11:00 horas y permanecerá disponible hasta la medianoche. El acceso se reanudará el jueves desde las 7:00 hasta el viernes a las 19:00 (17:00 GMT), cuando se cerrará definitivamente para preparar el rito del cierre del féretro.