Dakota Johnson revive las sandalias flip flops de los 2000 y las combina con leggings para un look athleisure moderno
30 de mayo de 2025
La actriz Dakota Johnson ha puesto nuevamente en el centro de atención un ícono del calzado de los años 2000: las sandalias flip flops, conocidas por su simplicidad y comodidad. Recientemente vista en Malibú, Johnson apostó por un estilismo relajado pero con una clara influencia nostálgica del estilo Y2K, mostrando cómo estas sandalias clásicas pueden integrarse perfectamente en la moda contemporánea.
Las flip flops vivieron su auge durante la primera década del nuevo milenio, cuando celebridades como Paris Hilton y Kim Kardashian las popularizaron en la cultura pop. Paris Hilton solía combinarlas con minifaldas, pantalones de tiro bajo y camisetas brillantes, mientras que Kim Kardashian las llevaba con conjuntos monocromáticos y bolsos grandes, proyectando una imagen de lujo relajado y despreocupado que marcó tendencia.
Hoy, Dakota Johnson recupera esta pieza clave pero la reinventa dentro de la estética athleisure, un estilo que fusiona la ropa deportiva con la moda urbana para lograr looks funcionales y elegantes. La actriz combinó sus flip flops con leggings de cintura alta y un top deportivo de manga larga con aberturas estratégicas, creando una silueta estilizada que combina comodidad y modernidad.
Este resurgimiento no es un simple guiño a la nostalgia, sino parte de un movimiento mayor que coloca la comodidad como el eje central del estilo contemporáneo. La moda athleisure ha roto las barreras del gimnasio para convertirse en un referente del vestuario diario, donde los básicos funcionales se complementan con accesorios clave como gafas oversize, bebidas refrescantes y otros pequeños detalles que conforman la imagen de una mujer actual, práctica y en constante movimiento.
El regreso de las flip flops demuestra cómo piezas sencillas pueden recuperar protagonismo cuando se combinan con prendas versátiles y bien elegidas. Dakota Johnson, con su estilo natural y sin esfuerzo, reafirma que la comodidad y el estilo pueden ir de la mano, y que el legado del Y2K sigue vigente en las pasarelas y las calles.