FARÁNDULA

Beyoncé dio inicio a su esperada gira “Cowboy Carter” en Inglewood, California, presentándose como la líder de un movimiento de lucha y empoderamiento para la mujer negra en Estados Unidos. Acompañada de su hija Blue Ivy y un potente elenco de bailarinas, la cantante tejana ofreció un espectáculo cargado de simbolismo y homenaje a las raíces negras de la música country, mientras abrazaba su identidad como una figura emblemática del empoderamiento femenino.

El concierto comenzó con un retraso de una hora, pero rápidamente se adentró en una narrativa cargada de historia y reivindicación, empezando con una interpretación del himno nacional de EE.UU., seguida de un discurso sobre la libertad y la lucha de la comunidad negra. A lo largo de la velada, Beyoncé dejó claro su mensaje de empoderamiento al incluir canciones como “Freedom” y “America has a problem”, y mostró su conexión con la historia de los derechos civiles en el país.

Entre los momentos más destacados estuvo la participación de su hija Blue Ivy en el cuerpo de bailarinas y un emotivo homenaje a la comunidad negra estadounidense, acompañado de un poema y simbolismo visual de la bandera de EE.UU.

Aunque el espectáculo fue todo un éxito en términos artísticos, Beyoncé se enfrentó a un desafío inesperado en cuanto a las ventas de boletos. Los precios de las entradas cayeron hasta un 75% con respecto al valor inicial, con boletos que se ofrecieron por tan solo 20 dólares en el mercado de reventa, lo que generó controversia entre los seguidores de la cantante.