Prometieron la Refundación de Honduras y lo que estamos viendo es la re fundición del país porque aumento la inseguridad y la pobreza.

Parece mentira que en pleno siglo veintiuno hayan personas con una mente retrograda, que hacen del sectarismo político una cultura y aunque saben que están ganándose la repulsa del pueblo insisten en dañar a los que no piensan como ellos.

Los colectivos de LIBRE, que están formados por gente sin educación, personas que de acostumbraron a lanzar piedras, saquear e incendiar comercios, ahora pasan hostigando a los hondureños que han hecho del servicio público una profesión. En COPECO la nueva comisionada despidió, injustificadamente, a todos los empleados y no le importó que fueran personas con antigüedad en los cargos.

En los centros de salud y en el Hospital Mario Catarino Rivas de San Pedro Sula, hicieron barrida de enfermeras y médicos. Pero el colmo del sectarismo es perjudicar a las mujeres, mayores de edad, que durante años llevaban el sustento diario para sus familias vendiendo tortillas al Hospital San Felipe.

Desde el sábado pasado el administrador les dejo de comprar las tortillas y sin dar ninguna razón valedera y les recomendó vender las tortillas a la empresa de suministros que han contratado. Así de sectarios actúan los dirigentes de LIBRE y como saben que no volverán están jorobando a todos los hondureños que no militan en LIBRE. Esa es la Refundación que le ofrecieron al elector.