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Hugo Orlando Gatti, una de las figuras más icónicas en la historia del fútbol argentino, falleció este domingo a los 80 años. Internado desde hacía más de dos meses en el Hospital Pirovano, el exarquero permanecía en coma farmacológico por una neumonía severa, insuficiencia cardíaca y renal, tras una fractura de cadera que derivó en una infección intrahospitalaria. Su estado de salud fue deteriorándose hasta su fallecimiento. Los restos del exfutbolista serán velados este lunes en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires desde las 10 de la mañana.

Apodado “El Loco” por su estilo irreverente, carismático y revolucionario, Gatti fue pionero en muchos aspectos: atajador de penales, dueño de una técnica propia y personalidad magnética. Con su cabello largo, la vincha y sus buzos llamativos, marcó una época bajo los tres palos. Debutó a los 17 años en Atlanta en 1962 y se despidió 26 años después en Boca Juniors, club con el que alcanzó la gloria máxima.

Pasó por River Plate, donde no logró ser aceptado por los hinchas, y encontró su lugar en Gimnasia y Esgrima La Plata, donde desplegó su creatividad sin ataduras. En 1976, finalmente cumplió su sueño de llegar a Boca Juniors, club del que era hincha, y donde forjó una relación inquebrantable con la hinchada. Fue figura clave en la conquista del Metropolitano 1976, la primera Copa Libertadores para el club en 1977, y la Copa Intercontinental frente al Borussia Monchengladbach ese mismo año.

Reconocido por su innovadora manera de atajar, Gatti patentó una maniobra conocida como “la de Dios” para enfrentar los mano a mano. Además, fue el primer futbolista argentino en llevar publicidad propia en su indumentaria y protagonizó comerciales que rompieron con los moldes de su tiempo.

Más allá de los títulos y de su longeva carrera, que abarcó más de dos décadas, su mayor legado es el haber redefinido el rol del arquero: lo convirtió en un espectáculo, en un arte. En la selección argentina también dejó su huella, aunque una lesión de meniscos lo dejó fuera del Mundial de 1978, donde era firme candidato a integrar el plantel.

Polémico, amado, y siempre auténtico, Hugo Gatti fue mucho más que un arquero. Fue un personaje irrepetible del fútbol mundial. Su figura, como su leyenda, vivirá por siempre en la memoria de los hinchas del deporte.