Marión Aguilar, reconocida hondureña experta en nutrición y salud, visitó recientemente el estudio del programa Honduras Al 100 para participar en el segmento Catrachos 5 Estrellas, donde compartió su trayectoria, visión y propuestas para mejorar la alimentación en Honduras. Su presencia en el país tras varios años de formación y experiencia internacional generó gran expectativa, y su mensaje fue claro: la nutrición no es solo llenar el estómago, sino un arte que transforma vidas.

Aguilar cuenta con un currículo académico impresionante: doctora en química farmacéutica orientada en tecnología de alimentos, máster en nutrición, especialista en pérdida de peso y candidata a doctorado en nutrición y salud en Brasil. Actualmente es investigadora en el área de procesamiento de alimentos sin gluten y catedrática de posgrado en programas de nutrición clínica, impartiendo asignaturas como bioquímica nutricional y microbioma humano. Su experiencia combina investigación científica, docencia y tratamiento integral de pacientes, lo que le permite abordar la nutrición desde un enfoque multidimensional: salud, educación y accesibilidad.

Durante la entrevista, Aguilar compartió cómo su amor por la nutrición nació desde la infancia. Creció en un entorno donde la alimentación natural era parte de la vida diaria, y desde pequeña observaba las etiquetas de los alimentos y diferenciaba entre lo que era saludable y lo que no. “Comer es una necesidad, alimentarse es un arte”, señaló, explicando que conocer los nutrientes de cada plato y balancearlos es tan importante como disfrutar de la comida.

Uno de los temas centrales de la conversación fue la necesidad de adaptar la nutrición a la realidad de los hondureños. Aguilar propuso transformar alimentos típicos en opciones funcionales y saludables, destacando como ejemplo la tradicional baleada. Señaló que al combinarla de manera correcta —tortilla de harina, frijoles cocidos, huevo, aguacate y queso bajo en grasa— se obtiene un alimento nutritivo, accesible y balanceado, capaz de cubrir requerimientos proteicos, de carbohidratos y grasas saludables. “No necesitamos una alimentación cara para nutrirnos correctamente; nuestros productos locales son suficientes si los sabemos combinar”, afirmó.

Aguilar también enfatizó la importancia de mapear los alimentos de cada región de Honduras, para garantizar acceso y seguridad alimentaria. “En el noroccidente se produce esto, en el sur aquello, y en el nororiente aquello otro. Con esa información, podemos orientar a los profesionales y a la población sobre cómo aprovechar lo que cada región ofrece”, explicó. Señaló que, muchas veces, los menús recomendados por nutricionistas incluyen productos costosos o difíciles de conseguir, cuando los alimentos locales, si se combinan adecuadamente, pueden cumplir la misma función.

La educación alimentaria desde la infancia fue otro tema destacado. Aguilar subrayó que los niños deben aprender desde pequeños a elegir alimentos saludables, y que esta educación debe involucrar a las familias. Indicó que la presencia de nutricionistas y psicólogos en instituciones educativas públicas y privadas podría prevenir problemas de salud física y mental, desde la obesidad hasta trastornos de autoestima. Además, llamó la atención sobre los riesgos de la comida ultraprocesada y las bebidas azucaradas, responsables de enfermedades crónicas y problemas de salud tempranos en niños y jóvenes.

En cuanto a la tecnología, Aguilar reconoció que la inteligencia artificial puede ser una herramienta útil para los profesionales de la nutrición, siempre y cuando se use como complemento y no como sustituto. Advirtió sobre los riesgos de seguir planes de alimentación encontrados en redes sociales o aplicaciones, que no consideran la historia clínica, las deficiencias de micronutrientes ni las condiciones específicas de cada persona. “El papel del nutricionista es escuchar, observar y personalizar. No hay atajos”, señaló.

Aguilar también compartió su experiencia en Brasil, país donde cursó estudios de posgrado y doctorado, y donde fue reconocida como una profesional de excelencia. Señaló que la cultura brasileña la recibió con calidez, y que esa experiencia le permitió comprender cómo políticas de educación alimentaria y nutrición aplicada desde la infancia pueden generar sociedades más saludables.

Finalmente, la especialista habló de sus metas para 2026: terminar su doctorado y continuar impulsando la nutrición consciente en Honduras. Su enfoque combina ciencia, accesibilidad y educación, con un compromiso firme por mejorar la salud de la población. “Mi deseo es que los hondureños comprendan que alimentarse correctamente no es un lujo, es un derecho y una forma de cuidar la vida”, concluyó.

Con su trayectoria y pasión, Marión Aguilar se consolida como una verdadera catracha cinco estrellas, comprometida con transformar la cultura alimentaria de su país, desde la educación hasta la investigación, y mostrando que una alimentación consciente puede cambiar vidas.