top of page

Fiesta de la Presentación del Señor

2 de febrero de 2025

reflexion.avif

Lectura del santo evangelio según san Lucas

Lucas 2, 22-40


Transcurrido el tiempo de la purificación de María, según la ley de Moisés, ella y José llevaron al niño a Jerusalén para presentarlo al Señor, de acuerdo con lo escrito en la ley: Todo primogénito varón será consagrado al Señor, y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones.

José y María cumplen la ley de Moisés presentando a su hijo Jesús al Señor, en el Templo de Jerusalén. Este rito de la ley mosaica establecía que el varón primogénito de cada familia tenía que ser consagrado al Señor. El rito se completaba con una ofrenda. La familia de Jesús ofreció un par de tórtolas o de pichones de palomas como lo establecía la Ley. De esta manera, ellos cumplieron con la prescripción de la Ley de Moisés.

A este rito religioso se le sumó la aparición de dos personas adultas mayores, Simeón y Ana, que en el diálogo con José y María profetizan sobre el niño que acaba de nacer. Profetizan sobre Jesús. Este niño que será luz de las naciones, este niño que es el Redentor. También su mamá, María, recibirá algunas palabras proféticas sobre el desenlace final de su vida, del sufrimiento, de la espada que atravesará su corazón.

Fue un día muy agitado. José y María estaban admirados por lo que oían decir de Jesús. Con todas esas impresiones, regresan a su hogar en Nazaret. Y el niño iba creciendo y se fortalecía, lleno de sabiduría, y la gracia de Dios estaba con él.


Al contemplar estos sucesos percibimos la simplicidad, la pobreza y la preparación de la misión de Jesús que pacientemente irá construyendo durante 30 años, junto a sus padres José y María. Este es el origen, sencillo, sacrificado y oculto. Un origen con futuro, lleno de esperanza.

bottom of page