Memoria Obligatoria de Stos. Pablo Miki y comp. mártires
6 de febrero de 2025

Lectura del santo evangelio según san Marcos
Marcos 6, 14-29
En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido tanto, llegó a oídos del rey Herodes el rumor de que Juan el Bautista había resucitado y sus poderes actuaban en Jesús. Otros decían que era Elías; y otros, que era un profeta, comparable a los antiguos. Pero Herodes insistía: “Es Juan, a quien yo le corté la cabeza, y que ha resucitado”.
El texto refleja que Herodes no conoció a Jesús y que siempre se dejó llevar por prejuicios. Como consecuencia, tomó decisiones erróneas en base a preconceptos e intereses deshonestos. Idéntica actitud tomó con Juan, a quien admiraba, pero sin dejar que sus enseñanzas se convirtieran en sabiduría de vida por medio de acciones concretas. El fruto de sus acciones son la confusión, el desprecio de la verdad y la muerte. Herodes, Herodías, la sobrina de Herodes... Un espiral de corrupción y pecado que terminan con la muerte violenta a la que Jesús vence con amor, paz y humildad.
Frente a lo suntuoso, desmedido y sensual del banquete, del baile de Herodías y de la promesa de Herodes... nos encontramos con lo simple, lo humilde, lo esencial y lo verdadero de la rectitud manifestada en Juan y en Jesús. Lo autoritario del pecado parece vencer, pero la autoridad del amor y la verdad tienen la última palabra.
El rey se entrampó con sus propias palabras y no fue lo suficientemente valiente para no dejarse manipular. Quien se centra en dar culto a su propio ego, y responde según el "qué dirán", no podrá estar abierto a la conversión que exige abrirse a la novedad de Dios.
Los discípulos de Juan, en vez de generar una revuelta, honraron al profeta sepultándolo y siguiendo sus pasos de paz. Al mal se lo vence a fuerza de bien. ¿Cómo he reaccionado ante la experiencia del mal en mi vida? ¿Qué necesito cambiar?