Durante un encuentro clave con la Federación Nacional de Agricultores y Ganaderos de Honduras (FENAGH), el presidenciable liberal Salvador Nasralla reiteró que el sector agroalimentario será el eje central de su propuesta de gobierno, comprometiéndose a cambiar las reglas del juego para beneficio del productor y no de los privilegiados.

Honduras enfrenta desafíos históricos en el sector agropecuario: baja productividad, migración rural, acceso limitado a financiamiento y dependencia de importaciones. En este contexto, el respaldo a este sector se vuelve estratégico para cualquier gobierno que busque desarrollo sostenible, estabilidad económica y oportunidades fuera de las ciudades.

Salvador Nasralla, ahora como candidato presidencial del Partido Liberal, ha hecho del combate al clientelismo político y la inversión en sectores productivos una bandera de campaña. Su reunión con FENAGH refuerza esta narrativa, apostando por un modelo económico más justo y descentralizado.

La reunión, realizada el lunes 4 de agosto, reunió a la cúpula de la FENAGH con Nasralla y su equipo técnico. En el encuentro, el aspirante presidencial fue directo al señalar la desigualdad en el acceso al crédito agrícola:

“Mientras 70 amigos del poder reciben financiamiento en oficinas con aire acondicionado, el agricultor que labra la tierra espera con paciencia algo que nunca llega. Eso se va a terminar”, afirmó.

Los productores presentaron una radiografía del estado crítico del campo: fertilizantes con precios inalcanzables, escaso acceso a crédito con tasas justas, trabas para diversificar cultivos, escasa tecnificación, y una alarmante falta de relevo generacional en las zonas rurales. Además, urgieron la transformación del SENASA, que consideran secuestrado por la política y alejado de su misión técnica.

Nasralla recogió estas preocupaciones y propuso acciones puntuales. Entre ellas, transformar al Servicio Nacional de Sanidad e Inocuidad Agroalimentaria (SENASA) en una entidad profesional y despolitizada, capaz de abrir puertas en el mercado internacional y elevar la competitividad del agro hondureño.

“SENASA tiene que volver a ser una herramienta del productor, no del político”, subrayó.

También planteó una iniciativa innovadora: establecer una red de técnicos agrícolas residiendo en comunidades rurales, con formación continua, acceso a tecnología de riego y conocimientos actualizados. “Queremos que los productores trabajen con apoyo real, no con promesas desde la capital”, dijo.

El político liberal insistió en que el agro no será más el “patio trasero” del país, sino el motor de desarrollo económico, soberanía alimentaria y generación de empleo digno. “El campo será la puerta de entrada a la transformación de Honduras”, afirmó ante los miembros de la Federación.