El colapso del régimen de Bashar al-Assad en Siria, quien gobernó durante 24 años, es un recordatorio claro para el mundo: las dictaduras, aunque intenten disfrazarse de democracias con elecciones y discursos de legitimidad, no pueden sostenerse cuando traicionan a su pueblo.

Durante su mandato, Assad utilizó el poder para reprimir, corromper y perpetuarse, mientras presentaba una fachada de democracia. Ese modelo terminó por desmoronarse.

Hoy, Siria nos enseña que los pueblos tienen un límite. Cuando los ciudadanos pierden la esperanza en sus gobernantes y ven que sus derechos son pisoteados, surgen fuerzas imparables de resistencia que, incluso desde distintos frentes, logran desmoronar los regímenes más autoritarios. La reciente caída de Assad, impulsada por diversos grupos rebeldes, demuestra que ningún dictador puede mantenerse en el poder indefinidamente cuando un pueblo se levanta con unidad y determinación.

A los socialistas radicales en Honduras, encabezados por Mel Zelaya, les advertimos: aprendan la lección de Siria. Las falsas democracias, construidas sobre abuso de poder, corrupción y manipulación de las leyes, siempre enfrentan su final. La ambición desmedida y los planes de perpetuarse en el poder no someterán a un pueblo que anhela libertad, justicia y oportunidades.

El Ejército Ciudadano de Paz trabaja dentro de los límites de la ley y de forma contundente para defender los derechos de nuestra gente, la verdadera democracia y el futuro de nuestros hijos. Nuestro compromiso es firme y legítimo: luchar con determinación para que Honduras no caiga en el modelo de opresión que ha destruido a tantos países.

¡Las dictaduras caen, y el pueblo siempre prevalece!

Ejército Ciudadano de Paz

Honduras, 9 de diciembre de 2024