La subsecretaria de Seguridad de Honduras, Julissa Villanueva, se pronunció con contundencia sobre la polémica recompensa que las autoridades ofrecen por la localización del exgeneral Romeo Vásquez Velásquez, marcando distancia de la decisión y cuestionando la lógica detrás de la medida.

A través de sus redes sociales, Villanueva expresó su desacuerdo con ironía:

"Solo falta que le pongan a la recompensa del general: se busca vivo o muerto", en clara alusión al tono desproporcionado con el que a su juicio se está abordando el caso.

Aunque reconoció que en otras secretarías del Estado se han denunciado malas inversiones como el gasto de más de 100 mil lempiras en golosinas, señaló que esto no justifica que la Secretaría de Seguridad deba incurrir en prácticas similares, sobre todo considerando los limitados recursos económicos con los que cuenta.

Villanueva cuestionó la proporcionalidad de la recompensa ofrecida, insinuando que la medida podría estar influenciada por un trasfondo político más que por una evaluación objetiva del nivel de riesgo que representa Vásquez Velásquez. Subrayó además que este tipo de decisiones no deben tomarse a la ligera, ya que podrían ser incongruentes y carentes de lógica.

"Por lo menos yo me deslindo de esas decisiones absurdas, carentes de lógica y razonamiento. Como ya lo he manifestado, responsabilizo directamente al titular de la Secretaría de Seguridad, el ministro Gustavo Sánchez. Es a él a quien el Tribunal Superior de Cuentas debe auditar esos gastos", escribió, dejando claro su desacuerdo y solicitando una revisión financiera formal de la situación.

Este pronunciamiento evidencia las tensiones internas dentro del gobierno hondureño en torno a cómo se gestionan los recursos y se ejecutan decisiones en materia de seguridad, y reabre el debate sobre el uso político de mecanismos como las recompensas en casos judiciales o administrativos de alto perfil.