El expresidente de Honduras, Juan Orlando Hernández (JOH), declarado culpable de narcotráfico en Estados Unidos, fue trasladado del Centro de Detención Metropolitano (MDC) en Brooklyn, Nueva York, a la cárcel de mediana seguridad FCI Lewisburg, en Pensilvania. Según información oficial, la institución también cuenta con un campo satélite adyacente de mínima seguridad.

El abogado defensor de Hernández, Renato Stabile, había solicitado el 22 de enero de 2025 al juez Kevin Castel, del Distrito Sur de Nueva York, que su cliente permaneciera en el MDC para garantizar su seguridad y facilitar el acceso a su defensa legal. La apelación de Hernández está programada para el 31 de marzo de 2025.

En su solicitud, Stabile argumentó que la condición de Hernández como expresidente y su rol en la extradición de narcotraficantes de alto perfil a Estados Unidos representaban un riesgo significativo para su seguridad. Según el abogado, el MDC había demostrado ser un lugar capaz de garantizar su integridad física. Además, destacó que mantener a Hernández en Nueva York facilitaría el contacto inmediato con su equipo legal durante el proceso de apelación.

A pesar de estos argumentos, Hernández fue trasladado y ahora figura en el registro del Buró Federal de Prisiones como recluido en la FCI Lewisburg. La decisión genera interrogantes sobre las condiciones de seguridad y las implicaciones para su defensa en el proceso de apelación.

Juan Orlando Hernández fue extraditado a Estados Unidos en abril de 2022, donde enfrenta cargos relacionados con tráfico de drogas y armas. Durante su mandato presidencial en Honduras (2014-2022), fue señalado de colaborar con redes criminales mientras mantenía un discurso de combate al narcotráfico. Su condena y posterior traslado subrayan las tensiones entre su rol pasado y las acusaciones que enfrenta actualmente en territorio estadounidense.