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Honduras reduce inseguridad alimentaria en zonas rurales en un 12%

28 de julio de 2025

28 de julio de 2025

Honduras ha logrado una disminución del 12% en su nivel de vulnerabilidad alimentaria entre los años 2022 y 2025, según datos recientes de la Clasificación Integrada de las Fases de Seguridad Alimentaria (CIF), difundidos por la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG) en conjunto con diversos actores del sector agroalimentario y organismos internacionales.

 

El informe revela que este avance ha permitido que al menos 750,000 hondureños salgan de la condición de inseguridad alimentaria, pasando del 28% en 2021 al 16% a finales de 2024. Esta mejora se atribuye a una serie de políticas públicas implementadas desde el inicio del gobierno de la presidenta Iris Xiomara Castro, enfocadas en fortalecer la producción agropecuaria, mejorar el ingreso familiar en zonas rurales y aprovechar condiciones climáticas más estables.

 

El director de la Unidad Técnica de Seguridad Alimentaria y Nutricional (UTSAN), Joselino Pacheco, señaló que el compromiso del actual gobierno con la seguridad alimentaria ha rendido frutos visibles en las comunidades más vulnerables. “En tres años y medio, más de 750 mil personas han superado la inseguridad alimentaria. Esto demuestra que cuando hay voluntad política, es posible avanzar hacia un país con mejor acceso a alimentos”, aseguró.

 

Entre las acciones clave que han contribuido a este avance destaca la asignación récord de 1,700 millones de lempiras al Bono Tecnológico Productivo (BTP). Esta iniciativa ha alcanzado a más de 650 mil familias productoras de granos básicos, brindando insumos agrícolas, semillas mejoradas y asistencia técnica directa.

 

Además, la SAG impulsa el Bono Cafetalero, con una inversión de 350 millones de lempiras, que está apoyando a unos 120 mil pequeños caficultores en 15 departamentos del país. Por otro lado, el Bono Ganadero, dotado con 400 millones de lempiras, beneficia a otros 120 mil productores pecuarios con apoyo para dinamizar la producción de carne y leche a nivel nacional.

 

“Estamos transformando el sector agrícola en una herramienta estratégica contra la pobreza. Apostamos por el productor pequeño y mediano. Esa es la base de esta reducción de la inseguridad alimentaria”, explicó la ministra de Agricultura y Ganadería, Laura Elena Suazo.

 

Los esfuerzos también se han enfocado en el área educativa y nutricional. Actualmente, más de un millón de niños reciben merienda escolar, y se han entregado dos millones de bonos tecnológicos, acompañados de la promoción de cultivos diversificados y semillas biofortificadas de maíz y frijol, con mayor contenido de hierro y zinc.

 

Según la SAG, estas medidas están permitiendo no solo mejorar el acceso a alimentos, sino también elevar el valor nutricional de lo que se consume, particularmente en comunidades con altos índices de pobreza.

 

Los pronósticos de la CIF para finales de 2025 apuntan a una tendencia sostenida de mejora, con menos hondureños enfrentando situaciones de emergencia alimentaria y mayor disponibilidad de alimentos básicos en zonas vulnerables.

 

Este progreso se enmarca en una política de Estado que ha dejado de lado el enfoque asistencialista para pasar a un modelo de empoderamiento productivo, donde la población rural no solo recibe ayuda, sino también las herramientas necesarias para generar sus propios medios de vida.

 

Con estos resultados, Honduras da un paso firme hacia el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible en materia de hambre cero y desarrollo rural sostenible, consolidando al sector agroalimentario como pilar del bienestar social.

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