La propagación del gusano barrenador en el departamento de Olancho ha generado una crisis en el sector ganadero, afectando tanto a la producción pecuaria como a la salud humana. Los ganaderos han alzado la voz para exigir medidas urgentes que permitan frenar el avance de esta plaga, que se ha extendido a especies bovinas, equinas, caninas y porcinas.

De acuerdo con representantes del gremio, las pérdidas económicas derivadas de esta infestación son incalculables. "Animal con herida es animal con gusano, y esto es lamentable", expresó un ganadero afectado, resaltando la gravedad del problema. La demanda de medicamentos y asistencia técnica ha aumentado considerablemente, generando preocupación por los costos elevados y la disponibilidad limitada de tratamientos.

Uno de los principales temores es que la plaga ha comenzado a afectar también a los seres humanos. En localidades como Dulce Nombre de Culmí, ya se reportan casos sospechosos de infecciones en personas, lo que ha encendido las alarmas entre la población y las autoridades sanitarias.

Ante esta situación, los ganaderos instan al gobierno y a las instituciones correspondientes a implementar estrategias similares a las utilizadas en el pasado para erradicar el gusano barrenador. Exigen el suministro inmediato de medicamentos, campañas de control y un plan integral de manejo que permita detener la expansión de la plaga antes de que las pérdidas sean aún mayores.

El gremio ganadero insiste en que la falta de intervención podría generar un impacto devastador en la economía local, dado que la ganadería es una de las principales actividades productivas de Olancho. Hasta el momento, las autoridades no han emitido un plan concreto de acción, por lo que los afectados continúan en estado de alerta y exigen respuestas inmediatas.