La reciente aprobación en la Cámara Baja de Estados Unidos de un posible impuesto a las remesas ha generado gran preocupación entre los sectores económicos hondureños. Aunque la medida aún debe ser ratificada por el Senado estadounidense, sus posibles efectos ya están siendo analizados en Honduras, donde las remesas representan una fuente vital de ingresos para millones de familias.

El empresario Rolando Alvarenga advirtió que, sin importar el porcentaje que se establezca, el impacto sería significativo para la economía nacional. “Si llegamos a recibir 10 mil millones de dólares en remesas y se aplica un 1%, hablamos de 100 millones menos. Si es 5%, el golpe sería grosero”, alertó.

Alvarenga subrayó que estos fondos son clave para sostener la economía familiar y, en consecuencia, la economía nacional. “Esto afecta principalmente a los hogares más pobres y a la microempresa, donde la gente realmente sobrevive”, explicó.

Ante este panorama, el empresario instó al gobierno a iniciar un diálogo urgente con el sector privado y la sociedad civil para diseñar una estrategia de respuesta. “Se debe actuar ya, no podemos esperar a que la crisis golpee de lleno a miles de hogares”, remarcó.

Además, recomendó que las autoridades económicas estudien posibles medidas de alivio o compensación para amortiguar el impacto que este gravamen podría tener en las finanzas de las familias hondureñas.

El país recibe anualmente miles de millones de dólares en remesas, representando más del 20% del Producto Interno Bruto (PIB). Cualquier reducción en estos flujos, coinciden analistas y empresarios, podría tener efectos profundos y duraderos. Alvarenga advirtió que, sin una respuesta oportuna, las consecuencias podrían sentirse con mayor fuerza al cierre de este año. “Somos un país pequeño. Cualquier cambio financiero nos sacude por completo”, concluyó.