Durante los primeros siete meses de 2025, la Secretaría de Relaciones Exteriores y Cooperación Internacional de Honduras ha coordinado la repatriación de 183 cuerpos de connacionales que perdieron la vida fuera del país, un indicador que refleja tanto el elevado flujo migratorio como los riesgos que enfrentan muchos hondureños en su búsqueda de mejores oportunidades.

Las gestiones se han concentrado principalmente en países con altos índices de migración hondureña, como Estados Unidos, México y Guatemala, regiones desde donde se reportan la mayoría de los decesos. Las causas de muerte varían, incluyendo desde accidentes y enfermedades, hasta hechos violentos y condiciones adversas durante los trayectos migratorios.

El proceso de repatriación implica una compleja coordinación entre las autoridades hondureñas y las agencias extranjeras, que abarca desde la verificación de identidad y obtención de documentos legales, hasta el transporte aéreo y terrestre de los cuerpos hacia sus lugares de origen dentro de Honduras. El costo estimado por cada traslado oscila entre 5,000 y 8,000 dólares, monto que es cubierto por el Estado a través de la Secretaría de Finanzas.

Una vez en el país, la Fuerza Aérea Hondureña y otras dependencias colaboran para facilitar la distribución de los restos a sus familias, especialmente en zonas de difícil acceso, cumpliendo así con un compromiso humanitario que busca dignificar el retorno de los compatriotas fallecidos.

El vicecanciller Antonio García resaltó que “estas repatriaciones no solo representan un trámite administrativo, sino un acto de justicia y respeto hacia las familias hondureñas que sufren la pérdida de un ser querido lejos de su tierra natal”. Asimismo, alertó sobre la presencia de intermediarios inescrupulosos que intentan lucrar con este proceso y recordó a la población que todos los trámites deben realizarse mediante las oficinas oficiales para evitar fraudes.

Esta cifra histórica pone en evidencia las dificultades y peligros que enfrentan miles de hondureños en su desplazamiento hacia otros países, motivados por factores económicos, sociales y de seguridad. También pone de relieve la necesidad de fortalecer políticas migratorias, de protección consular y de apoyo integral a las familias afectadas.

En un contexto donde la migración es un fenómeno que involucra a miles de personas cada año, estas repatriaciones constituyen un recordatorio tangible de los costos humanos que conlleva, y refuerzan la importancia de promover soluciones regionales y nacionales para garantizar la seguridad y el bienestar de la comunidad migrante.