El accidente del Jetstream 32 en Roatán ha sido uno de los más mortales en la historia reciente de la aviación civil hondureña. Su impacto ha puesto bajo escrutinio tanto la seguridad aérea nacional como la capacidad institucional para responder ante siniestros de esta magnitud. La transición del caso hacia la Secretaría de Defensa marca una ruptura con el modelo civil tradicional de investigación aérea, lo que podría sentar un precedente delicado si no se gestiona con los debidos protocolos técnicos y éticos.

La Agencia Hondureña de Aeronáutica Civil (AHAC) anunció oficialmente su retiro del proceso de investigación del trágico accidente aéreo ocurrido el pasado 17 de marzo en Roatán, en el que 12 personas perdieron la vida y otras 5 sobrevivieron. La responsabilidad de esclarecer los hechos será asumida por la Secretaría de Defensa Nacional, según confirmó el titular de la AHAC, Gerardo Rivera.

Rivera justificó la decisión indicando que el objetivo es incluir un equipo más especializado, que permita un abordaje técnico más profundo sobre las causas del siniestro. Sin embargo, la medida ha generado preocupación y suspicacias entre familiares de las víctimas y usuarios en redes sociales, quienes temen que el cambio de entidad ralentice el proceso o afecte su transparencia e independencia.

El accidente involucró una aeronave Jetstream 32 operada por Lanhsa Airlines, que se precipitó al mar poco después de despegar del aeropuerto Juan Manuel Gálvez de Roatán. Entre los fallecidos se encontraba el reconocido músico y exdiputado garífuna Aurelio Martínez, lo que incrementó el impacto público y mediático del suceso.

Con este nuevo giro, será el Departamento de Accidentes e Incidentes de la Secretaría de Defensa el encargado de dirigir las labores de investigación, recuperación de restos, análisis de la caja negra y elaboración del informe final. Hasta la fecha, no se ha dado a conocer ningún resultado preliminar sobre las causas del accidente, lo que mantiene la incertidumbre entre los afectados.

La comunidad nacional e internacional sigue pendiente de este caso, exigiendo que se mantengan los estándares internacionales en investigaciones de accidentes aéreos y que el nuevo equipo garantice celeridad, objetividad y acceso público a los hallazgos. El retiro de la AHAC representa un cambio significativo en la conducción del proceso, y la transparencia será clave para recuperar la confianza ciudadana y rendir justicia a las víctimas.